Descifrando epígrafes romanos II: Cargos públicos

febrero 24, 2016 Escrito por: Tablilla De Cera - 2 comentarios

El pasado mes de agosto de 2015 dedicamos un artículo a los epígrafes romanos teniendo en cuenta su estatus jurídico. En concreto aprendimos a identificar a un ciudadano romano (hombre o mujer), a un latino, a un peregrino, a un liberto y a un esclavo y también aprendimos el significado y atribuciones que cada uno de esas condiciones jurídicas y sociales tenían en la antigua Roma así como algunas fórmulas funerarias habituales. En el artículo de este mes complicaremos un poco más las cosas añadiendo diferentes cargos (políticos, militares y sacerdotales) por lo que resulta muy recomendable leer antes el artículo de agosto: La tablilla de cera: Descifrando epígrafes romanos I.

Antes de entrar con los ejemplos, es importante hablar del cursus honorum, la carrera política de todo personaje destacado en Roma. Se daba por supuesto que todo senador (y según el momento, especialmente a partir de Augusto, también de los equites) debía aspirar a una serie de puestos dentro de la jerarquía del Estado a los que se accedía cumpliendo unos requisitos y previa elección en caso de las magistraturas principales. Estos requisitos eran fundamentalmente económicos porque no olvidemos que los magistrados romanos en lugar de recibir un sueldo, pagaban fuertes sumas de dinero por ocupar su puesto (y generalmente obtenían buenos beneficios y prerrogativas), así como haber seguido el orden lógico de magistraturas antes de ocupar una superior. Para conseguir la elección era vital la dignitas, el concepto romano del honor personal y del pasado honroso de su familia: a mayor dignitas de la familia o gens, mayor prestigio social y oportunidades de seguir engrandeciendo la fama de la gens. Esto además se aplicaba a aquellas élites locales (latinos y peregrinos según vimos en la primera parte) que querían igualarse a los romanos de pro. Por tanto era importante que la dignitas de los antepasados de la gens quedase reflejado en algún lado y el mundo funerario aportaba esa ocasión; no sólo se trataba de honrar a los difuntos sino también de mostrar a la sociedad la importancia de la gens de cara a la carrera política de sus sucesores. Gracias a todo esto los historiadores tenemos, en la epigrafía funeraria, la herramienta perfecta para reconstruir linajes, carreras políticas y convenciones sociales en Roma. Pasemos a ver algunos ejemplos:

Simbología:
Dado que complicamos los epígrafes en esta segunda parte, es necesario hacer referencia a los signos habituales que usamos en epigrafía. Sin entrar en detalles, en nuestros epígrafes aparecerá:

  1. (…) La palabra está abreviada en el epígrafe. Usamos los paréntesis para completar las letras abreviadas.
  2. […] La palabra o letras no aparece en el epígrafe (por rotura, por no poder leerse…) pero se supone que debe de estar. Usamos corchetes para añadir la palabra o letras que presuponemos.
  3. […(…)] La mezcla de corchetes + paréntesis indica que presuponemos una palabra y además, que esta iría abreviada en el epígrafe.

 

  • El caso del senador Papirio Eliano.
papirio

De Hispania Epigraphica nº de registro 2565

Gn(aeo) Papirio [- f(ilio)] Gal(eria) Aeliano Aemil(io) Tuscillo q(uaestori) prov(inciae) Achaiae tribuno plebi(s) pr(aetori) leg(ato) Aug(usti) legion(is) XII [F(ulminata)]
A Gneo Papirio Eliano Emilio Tuscillo, hijo de…, de la tribu Galeria, cuestor de la provincia de Acaya, tribuno de la plebe, pretor, legado de Augusto de la legion XII Fulminata. 

–Ficha del epígrafe (nº2565)–

Según lo que ya sabemos de la primera parte sobre epigrafía romana Papirio Eliano es ciudadano romano con seguridad ya que tiene tribu, en este caso la Galeria, que además nos concuerda perfectamente con el lugar de hallazgo del epígrafe funerario en el barrio del Albaicín en Granada, lugar en el que situamos Iliberri, población de origen íbero-bastetana que obtuvo con Julio César la municipalidad romana y con ella la tribu Galeria para los nuevos ciudadanos romanos. Si no figurase su tribu, también sabemos que el tria nomina (praenomen, nomen y cognomen) es característico de los ciudadanos romanos y que, a partir del cambio de era, ya es habitual encontrarlo no sólo entre equites y senatores sino también entre el pueblo romano que hasta finales de la república solía usar dua nomina (praenomen y nomen). Además nuestro protagonista cuenta con dos agnomen, (Aemilio y Tuscillo) que nos añaden más datos sobre su persona o familia:
Como norma general hay dos tipos de agnomen, adoptivo y honorifico, siendo el primero el que hace referencia a un proceso de adopción que conllevaba el cambio de su nomenclatura al dejar de pertenecer a su gens de nacimiento. Por ello, como recuerdo a su vieja gens se podía hacer constar esta como agnomen, en este caso podría ocurrir que Gneo Papirio Aeliano fuese en un primer momento Gneo Aemilio Aeliano, adoptado a posteriori por la gens Papiria. Los Emilios datan de época monárquica y al ser una gens patricia siempre tuvieron miembros sobresalientes como Emilio Lépido, Emilio Escauro o Cornelio Escipión Emiliano (mismo caso: un Emilio adoptado por los Cornelio) por lo que resultaba útil conservar el nombre de una gens tan prestigiosa. La gens Papiria era una de las más importantes en la zona (estamos en época de Trajano y Adriano y la preeminencia del «clan hispano» dentro del Senado de Roma) y sus orígenes aunque igual de antiguos eran los de una gens plebeya.  El agnomen Tuscillo sería honorífico.

Por otro lado, la importancia del epígrafe viene dada por la lista de cargos militares y políticos del personaje, enumerados por orden: Cuestor de Acaya (al norte del Peloponeso; Grecia), es decir el encargado de llevar las cuentas y la administración del gobernador de la provincia (pretor, cónsul, propretor o procónsul), tribuno de la plebe (cargo que permitía vetar leyes del Senado y convocar a la plebe a consulta), pretor (cargo con, sobretodo, funciones judiciales aunque muchas veces igualado al cónsul) y legado augusto (general bajo mando del Princeps, no del senado) de una prestigiosa legión, la XII Fulminata, aunque algunos epigrafistas interpretan que se trata de la XIIII Gemina, ambas legiones situadas en el Rhin y Balcanes lo que nos concuerda sobre lo que sabemos de Papirio Eliano a raíz de sendos diplomas militares en los que aparece ligado al gobierno de Dacia.

  • La ofrenda de Basso

Bassus Turobri(gensis) eques al(a)e Vettonum aram posit Ataecinae votum solv(it) [l]iben[s] [merito]
Basso, Turobrigense, jinete del ala vetona, puso esta ara a Ataecina cumpliendo un voto.
–Ficha del epígrafe (nº166)–

De Hispania Epigraphica nº de registro 166

De Hispania Epigraphica nº de registro 166

En este caso tenemos una ofrenda en lugar de una lápida. El jinete Basso dedica un ara (un pequeño altar) a Ataecina, diosa de carácter infernal asimilada a Proserpina (consorte de Plutón) y protectora de los ganados que tenía especial importancia en la franja que hoy forma la frontera entre España y Portugal. Como ya vimos Basso debía de tener estatus de peregrino ya que en lugar de tribu tenemos origo (origen; en cualquier caso un tipo de organización suprafamiliar como ya explicamos) por pertenecer a Turóbriga, localidad que se sitúa en el norte de Huelva y que tiene una ligación especial con el culto a Ataecina (algunos la consideran como el principal santuario de la diosa). Basso se enroló en el ala auxiliar de caballería vettona, aunque los vetones como pueblo estarían más localizados entre Cáceres y Salamanca (sur a norte) y el Alto Aletenjo- Beirabaixa y Ávila (oeste a este), unidad de caballería que tiene su origen en Julio César y que sabemos que tomó parte en la conquista de Britania por Claudio, donde quizás pudo servir Basso (aunque es mera especulación al no poder datar el ara en un marco cronológico menor al siglo I d.C). Si Basso no murió en combate pudo acabar sus días con la ciudadanía romana tras sus servicios con el alae quinquagenaria vettona (500 jinetes divididos en 16 turmas de 30 jinetes como vimos en El coste del imperio) pero también es mera especulación ya que la dedicación del ara data de su servicio en el ejército.

  • El equite Cneo Cornelio Severo
De Hispania Epigraphica nº de registro 20014

De Hispania Epigraphica nº de registro 20014

[C]n(aeo) Cornelio C(ai) f(ilio) Pa[p(iria)] Sev(ero) aed(ili) II(viro) [fl(amini)] Iuliae Augustae praefecto fabr(um) amici X (decem) pago Aug(usto)
A Cneo Cornelio Severo, hijo de Cayo, de la tribu Papiria, edil. duunviro, flamen de Julia Augusta, maestro de ingenieros militares, sus amigos (clientes) del décimo distrito de Augusto, dedicaron este monumento.

–Ficha del epígrafe (nº20014)–

Este epígrafe resulta muy interesante porque nos encontramos con toda seguridad con un equite, un miembro de la clase de los caballeros, clase social noble y adinerada inmediatamente posterior a la clase de los senatores. Los equites reciben su nombre de época monarquica, donde el Estado romano, siempre escaso en caballería, entregaba a una serie de nobles un caballo propiedad del Estado, caballo que debían mantener y cuidar con todos los gastos que ello conllevaba. Con el tiempo los equites se convierten en los hombres de negocios dada la teórica prohibición a los senatores de tener ingresos destinados de actividades que no estuviesen relacionadas con la tierra (son los grandes latifundistas por tanto, los que suministran al estado el grano necesario). ¿Cómo sabemos que Cornelio Severo era miembro de la clase de los equites?. Como siempre empecemos por el principio:

Severo, hijo de Cayo, es ciudadano romano. Obvio por su tria nomina y su vinculación a la tribu Papiria (no confundir con la gens Papiria que ya hemos visto). Las gentes (plural de gens) más antiguas en época monárquica dieron lugar a las tribus rurales (las cuatro tribus urbanas recibieron los nombres de tres de las colinas de Roma –Palatina, Colina y Esquilina– y una vaguada –Suburana-), siendo una de las más antiguas la Papiria se convirtió en tribu pero más allá de eso no tiene vinculación con los miembros de la gens Papiria. De hecho nuestro protagonista pertenece a los Cornelio.

Su vida laboral discurre por varios cargos importantes: desempeñó los cargos de edil (encargado de las obras públicas y de la organización de los juegos) y duunviro en Augusta Emérita (Mérida), o eso presuponemos dado el hallazgo del epígrafe en Mérida. El cargo de duunviro aparece con el numeral II, que en este contexto los epigrafistas rellenan con «VIR» tal cual aparece en otros epígrafes: IIVIR, abreviatura característica de duoviri que traducimos generalmente por por duunviro y que venía a ser uno de los dos (de ahí el numeral II) «alcaldes» de la colonia o municipio, con atribuciones similares a los dos Cónsules de Roma pero en este caso para Mérida. En la república temprana y como reminiscencia de los consejos y senados locales nos aparecerá XVIR -decemviro- o IVVIR -cuatroviro- constando que el lugar contaba con 10 o 4 «alcaldes» pero ya por estas fechas (el epígrafe está datado entre el 29 y 41 d.C) los decemviros y cuatroviros forman parte del pasado. Además de dedicarse a la administración de Mérida, Cornelio Severo era sacerdote de Julia Augusta, patrona de la ciudad (Colonia Iulia Augusta Emérita es el nombre completo). Julia Augusta es la famosa Livia, tercera y última esposa de Augusto que al instaurar el culto a su persona lo hace extensible a su esposa y compañera (sin embargo será Claudio, nieto de Livia, quien complete la deificación al nombrarla Diva Iulia 12 años después de su muerte). Por último, el cargo que indica su pertenencia al rango de los equites es el de praefectus fabrum, cargo militar al que sólo accedían los miembros del rango ecuestre y que cumplía funciones de mando sobre temas de ingeniería y construcción en una legión (construcción de puentes, calzadas, campamentos, máquinas de asedio…). Por último, también resultan significativo los dedicantes («amigos del X distrito») que podemos interpretar como los clientes de Cornelio Severo, miembros de uno de los barrios (distritos) de Mérida. La clientela es la base del sistema romano y la imagen más significativa para explicar rápidamente su significado y funciones es la estructura de una mafia italiana, con el Don a la cabeza y una serie de clientes a los que otorga beneficios a cambio de favores. En este caso los clientes de Cornelio Severo seguramente estaban bastante contentos al tener a uno de los personajes más relevantes de la colonia emeritense (uno de los duunviros) como patrón.

  • Cornelia Severina, sacerdotisa de Augusto.
De Hispania Epigraphica nº de registro 2563

De Hispania Epigraphica nº de registro 2563

Corneliae P(ubli) f(iliae) Severinae flaminicae Aug(ustae) matri Valerii Vegeti [c]onsulis [Flo]rentini Iliberri[tani] d(ecreto) d(ecurionum)
A Cornelia Severina, hija de Publio, flamínica de Augusto, madre del cónsul Valerio Vegeto, los florentinos iliberritanos erigieron este monumento por decreto de los decuriones.

–Ficha del epígrafe (nº2563)–

Y para terminar, regresamos a Granada (Iliberri) para presentar a Cornelia Severina, hija de Publio, que cuenta con el dua nomina (nomen y cognomen) propio de las mujeres romanas y la filiación a su padre Publio. Además, los dedicantes no quieren dejar pasar la ocasión de señalar que una de sus principales habitantes (que no ciudadana porque la ciudadanía es exclusiva de los varones en Roma) y miembro de la destacada gens de los Cornelio, fue madre de un Consul, la más alta magistratura del Estado Romano. En efecto sabemos que Valerio Vegeto fue Cónsul bajo el gobierno de Vespasiano aunque los oferentes «olvidan» señalar que era Cónsul suffectus, es decir sustituto (seguramente por la muerte del cónsul designado) y por ello sin tanto prestigio. De hecho sabemos por otras fuentes que nuestro primer protagonista y también iliberritano, Papirio Eliano, también fue cónsul suffectus, cargo que no menciona en su epígrafe.

Cornelia Severina fue además miembro del sacerdocio de la familia imperial con cargo de flaminica (sacerdotisa) de Augusto (dadas las fechas se trata de Vespasiano, no confundir con el primer Augusto). Por último tenemos la mención a los decuriones de la ciudad que es la institución de gobierno por debajo de los duunviros; así como estos últimos serían los cónsules, los decuriones formarían el senado local.

Para reflexionar:

Al margen de los aspectos más básicos de una persona en sociedad (su familia y estatus jurídico-social) que ya vimos en la primera parte, hemos visto como a través de una inscripción somos capaces de seguir la «vida laboral» de un personaje relevante y su vinculación al mundo global de su época. Seguimos el rastro de personajes desde su tierra natal hasta los bosques britanos o hasta alcanzar los puestos más altos del Estado en la mismísima Roma. El carácter religioso de sus habitantes, aspectos del ambiente castrense y su relación con el poder establecido. La reflexión continua siendo la misma que en la primera parte: ¿podríamos hacer el mismo ejercicio con epígrafes actuales?


Para saber más:

Sobre epigrafía romana hay una extensa labor desde el siglo XIX para recopilar y catalogar de inscripciones. La más completa y antigua recopilación es el Corpus Inscriptionum Latinarum, conocido popularmente como CIL. Se puede consultar en cualquier biblioteca especializada. Desde hace algunos años también contamos con diferentes proyectos para crear bases de datos online, siendo E.A.G.L.E. (Electronic Archive of Greek and Latin Epigraphy) -Universidà di Roma “La Sapienza”-  el proyecto más importante ya que, a su vez, reúne las bases de datos más importantes sobre epigrafía griega y latina, entre ellasHispania Epigraphyca -Universidad de Alcalá-, la web de referencia para la realización de este artículo. A destacar también la magnifica base de datos Epigraphic Database Heidelberg -Heildelberg Akademie der Wissenschaften- (incluida también en E.A.G.L.E.)