Enseñanza de Humanidades en la sociedad actual. Un ejercicio de antropología.

marzo 9, 2019 Escrito por: Tablilla De Cera - No hay comentarios

Aparte de la epigrafía, nuestra segunda pasión en Tablilla De Cera es la Antropología histórica, herramienta que nos permite aproximarnos a las tesis de la Escuela de las ideas que marcan nuestra línea histórica general. Y como nuestro objetivo siempre ha sido demostrar la utilidad de las humanidades en nuestra vida social, hoy os proponemos un ejercicio de Antropología vinculado a la enseñanza actual de las humanidades.

Nuestro objeto de análisis es bien sencillo: pinchad en cualquier #hashtag polémico del día (política/sociedad). Leed la noticia y a continuación tomaos vuestro tiempo para leer los tuits al respecto y las respuestas a esos tuit. Para este ejercicio no nos interesa la cuestión inicial, tampoco los autores de los tuits ni su ideología ni la nuestra, debemos tratar de ser asépticos para comprender el ejercicio. Observar el contenido que genera cualquiera de los temas políticos que se tratan en redes sociales nos da pie a realizar un análisis social sobre aspectos como el imaginario colectivo o el sentido crítico de nuestra sociedad actual. Temas que hemos tratado varias veces en nuestra web.

El imaginario colectivo, el pensamiento como sociedad que diluye nuestras ideas propias en el conjunto de nuestro grupo social afín, se muestra claramente en nuestro objeto de estudio. Observamos que muchos de los tuits son prácticamente calcos a pesar de estar escritos por personas diferentes, seguramente incluso podamos rastrear esa frase hecha hasta el discurso político de una persona relevante o grupo político. Observemos también los calificativos despectivos al contrario que se convierten en genéricos y se repiten constantemente. Así, los afines a ese grupo adoptan una serie de frases de su grupo afín y las repiten en su discurso social. La discusión se torna en una serie de tres o cuatro frases hechas por bando donde prioriza la idea del “y tú más” y escasea la búsqueda de datos y el análisis crítico de esos datos. Hay una clara polarización en dos bandos donde no hay lugar a puntos intermedios ni a posiciones críticas. El resultado final es interesante: ambas posiciones opuestas toman la misma noticia como una victoria para su bando.

Por otro lado, hablamos de pensamiento crítico como un proceso de análisis donde intervienen factores como los conocimientos, el nivel cultural y la inteligencia. No busca la verdad irrebatible y elude los prejuicios, todo ello para llegar a una postura razonable y justificada sobre un tema, algo que no vemos en nuestro objeto de análisis.

Lejos de criticar estas posturas y hacer mofa de estas situaciones debemos buscar las causas y preguntarnos cómo se llega a ello y cómo se puede cambiar un paradigma que ya es norma social. Siempre lo hemos dicho: las humanidades son clave para una sociedad sana. Baste decir que en España desde el periodo de Transición tenemos más leyes educativas (8) que presidentes del gobierno (7), toda una legislación que muestra su fallo en la sociedad actual al primar la absurda memorización selectiva de datos frente al necesario desarrollo del pensamiento crítico que solo se obtiene mediante el análisis humanístico. En Historia, por ejemplo, se obliga al alumno a estudiar fechas y datos obviando el contexto histórico, los documentos, los conceptos y el necesario análisis.

¿Cómo enlaza esto último con nuestro ejercicio? Regresemos a nuestro objeto de análisis prestando atención a los conceptos: en la mayoría de los casos no están claros o están confundidos, se obvia el contexto y el origen de los mismos y, a partir de ahí, toda lógica del argumento queda invalidada. Por ejemplo: ¿cómo podemos hablar sobre la Constitución del 78 sin tener claro el concepto “Constitución”, sin conocer su articulado y las legislaciones anteriores?, ¿cómo podemos basar todo nuestro debate político-social en el ideario de un partido sin analizar su programa electoral? nuestra sociedad permite, con la falta de crítica y análisis, que los programas políticos sean ambiguos, escasos y puedan ser obviados sin consecuencias. Resumimos todo en un calificativo, en una frase hecha que se introduce en nuestro imaginario colectivo que si nos agrada resulta ser “de los nuestros” y si nos desagrada o no entendemos, forma parte de “los otros”.

Llegados a este punto puede que nos sintamos reflejados en estas situaciones o puede que nos veamos ajenos. Tampoco nos importa para nuestro objetivo ya que ajenos o reflejados, somos seres sociales y vivimos en comunidad: el pensamiento social colectivo afecta para bien o para mal en nuestro día a día. Los imaginarios colectivos son una consecuencia lógica de todo grupo social pero aquella sociedad cuyos individuos no tienen la formación necesaria para un análisis crítico de sus ideas se exponen a una vida común basada en el abuso y la confrontación. Concluimos repitiendo una vez más que la Historia y las humanidades tienen un papel clave en nuestra formación, seguir relegando su enseñanza en los sistemas educativos nos lleva a promover una sociedad basada en cualquiera de los ejemplos que hemos visto en este ejercicio.

Este artículo tiene su origen a modo de «hilo» en nuestras redes sociales con fecha de 4 de febrero de 2019.

Para saber más:
Aunque todos nuestros artículos pretenden tener algún uso social de la Historia en la actualidad, una selección de algunos de nuestros artículos donde está presente el uso de la antropología histórica y el concepto de imaginario colectivo: