La educación estética y Notre Dame. Un segundo ejercicio de antropología.

junio 6, 2019 Escrito por: Tablilla De Cera - No hay comentarios

Pasada toda la expectación mediática y los momentos pasionales relativos al incendio de Notre Dame, proponemos una reflexión pausada entorno a las reacciones sociales del suceso. Haremos uso de la Antropología pero también hablaremos de Patrimonio Histórico y de Educación.

En Tablilla De Cera nos hemos abstenido de comentar reacciones negativas sobre la destrucción. Duelen determinadas actitudes mostrando alegría, incitando teorías conspiranóicas o mostrando indignación ante la aparente indiferencia respecto a otros temas que no tienen nada que ver. Por eso, en este pequeño artículo queremos ir más allá de una reacción pasional para invitar a una necesaria reflexión sobre estas actitudes.
Esta reflexión sigue la línea marcada por nuestro anterior artículo dedicado a conceptos de antropología histórica. Invitamos a su lectura antes de continuar:

La Tablilla de Cera: Enseñanza de Humanidades en la sociedad actual. Un ejercicio de antropología.

Dicho esto, volvemos pues a insistir en la idea del imaginario colectivo que ya hemos explicado varias veces y que resulta ser la idea o ideas básicas mediante las que se rige todo grupo social. Para el caso del incendio de Notre Dame contamos en este caso con varios imaginarios colectivos que os animamos a diferenciar y buscar tanto en su discurso (la frase que resume), como el enemigo identificado.

¿Por qué es importante Notre Dame como símbolo para la vida social? Para esta primera pregunta contamos con un reciente artículo de la sección cultural de El País donde historiadores y antropólogos franceses responden a estas cuestiones:

El País: Por qué lloramos por Notre Dame.

Así mismo, no podemos sino recomendar el siguiente hilo de @ElBarroquista para esclarecer algunas dudas técnicas y desterrar ideas conspiranóicas:

Consideraciones sobre el incendio en Notre Dame. Vía @ElBarroquista.

Entonces… ¿por qué contamos con estos grupos sociales contrarios al símbolo que supone Notre Dame?:
Esta cuestión es la que nos interesa. Lejos de ver opiniones individuales fruto de la necesidad social del siglo XXI de opinar sobre todo asunto –tengamos conocimientos en la materia… o no- y de tener una opinión impopular que otorga aprobación social en ciertos imaginarios (lo cual también podría ser objeto de estudio para la antropología social), para el caso del patrimonio histórico nosotros pretendemos rastrear esta idea a través de la formación como individuos sociales, a través de la educación y para ello nos remitimos a un punto de uno de nuestros últimos artículos mensuales, el dedicado a la ILE:

La Tablilla de Cera: El proyecto de la ILE. Educación a finales del XIX y principios del XX.

Uno de los pedagogos más destacados del XIX en España, Bartolomé Cossio, era firme defensor de la educación estética en el sistema educativo. Esta educación estética se basaba en el Arte, en potenciar la expresión artística como forma de buscar la armonía, la proporción, la perfección y el equilibrio de las acciones humanas. Según Cossio solo así se pueden formar personas libres, individuales, críticas y únicas.

<<El mundo entero debe ser, desde el primer instante objeto de atención y materia de aprendizaje para el niño, como lo sigue siendo, más tarde para el hombre. Enseñarle a pensar en todo lo que le rodea y a hacer activas las facultades racionales es mostrarle el camino por donde se va al verdadero conocimiento, que sirve después para la vida. Educar antes que instruir ; hacer del niño, en vez de un almacén, un campo cultivable.>> Bartolomé Cossio. Boletín de la Institución Libre de Enseñanza (pp. 153-154).

Bajo esta premisa Notre Dame funciona como herramienta de la educación estética, permite reflexionar sobre lo que supone como símbolo. Símbolo para la humanidad y para determinados grupos sociales, potencia la creatividad (al mismísimo Viollet-le-Duc podemos citar aquí) y por supuesto el estudio artístico, arquitectónico y es elemento indispensable para analizar aspectos relativos a la antropología histórica del medievo.

Bartolomé Cossio y la ILE promovieron esta formación artística del alumno con éxito, pero la Institución no resistió la Guerra Civil y su sistema educativo tampoco. Desde entonces, todos los sistemas educativos hasta la fecha, jamás han prestado atención a la educación estética, y en líneas generales, han ido en dirección opuesta: la memorización selectiva y abstracta antes que la realidad física y tangible que permite la reflexión.

Así, en nuestra opinión, estas muestras de indignación mediante la opinión sin conocimientos no son más que el resultado de decenas de años y de nueve leyes educativas basadas en la falta de enseñanza crítica cuyo fracaso acaba dando la razón a Cossio porque hoy no formamos ciudadanos críticos sino más bien fanáticos –en sentido literal- del imaginario colectivo de turno.


Este artículo tiene su origen a modo de «hilo» en nuestras redes sociales con fecha de 19 de abril de 2019.