Las viñetas satíricas como elemento de análisis histórico.

abril 28, 2019 Escrito por: Tablilla De Cera - No hay comentarios

Este mes lo queremos dedicar al estudio de un elemento que ya ha aparecido varias veces en algunos de nuestros artículos: las viñetas satíricas. Estos dibujos críticos en clave de humor son una herramienta más a la hora del análisis de los procesos históricos, nos ayudan a captar la temperatura de la sociedad respecto a un tema concreto en un momento exacto de la Historia. Reflejan el ánimo y el pensamiento de gran parte de la población desde un punto de vista ácido y crítico resumido en una viñeta satírica.

Esta sátira representa la crítica del autor hacia una realidad, normalmente política, que tanto el autor como la sociedad o parte de ella desaprueban y se hace desde la burla y el sarcasmo. Queremos centrarnos exclusivamente en las artes gráficas, en el dibujo, pero debemos tener presente que la sátira aparece como forma de crítica social en la literatura griega del VII a.C. con la poesía yámbica (Semónides de Amorgos, Arquíloco) y recibe el nombre por el tipo de métrica (yambo, combinación de una sílaba breve con una sílaba larga) y por un origen mitológico que nos da pistas sobre su intención (Yambe, una esclava que consolaba mediante la risa a Demeter tras el secuestro de su hija Perséfone). Será en periodo romano cuando la sátira, mediante el teatro, alcance el éxito de masas y se convierta, especialmente a partir de Juvenal, en una forma de denuncia social mediante la burla y el ingenio. 

También podemos rastrear la sátira mediante el dibujo en época romana. Contamos con numerosas inscripciones mediante graffitis que buscan la burla y la denuncia social, ya sea mediante una simple inscripción o mediante el dibujo. Quizás uno de los más conocidos sea la caricatura dedicada a Rufus en la Villa de los Misterios de Pompeya:

C.I.L. IV 9226

En una de sus paredes encontramos este grafito con la inscripción RUFUS EST (Este es Rufus), caricaturizando a un tal Rufus identificado por los especialistas con uno de los miembros de la poderosa familia pompeyana de los Istacidius propietarios de la villa (se encontró un sello con la inscripción L. Istacidus Zosimus). No sabemos quien realiza el grafito, seguramente algún anónimo descontento (¿un esclavo?) deseoso de mostrar al personaje mediante prominente nariz y cabeza.

Sin embargo, el humor gráfico no alcanzará su protagonismo hasta la aparición de la imprenta en el siglo XV y la consolidación de la prensa en el XVII, que aparece en un primer momento a modo de gacetas, pequeños diarios de prensa generalmente dirigidos por la administración central o local y que ya en el XVIII empiezan a diversificarse y pasan de ser informantes de la región o del Estado, a transmisores de ideas a nivel internacional mediante los panfletos y diarios redactados por asociaciones intelectuales (Diario de Madrid, Mercurio Histórico y Político…), en ocasiones censurados por su crítica al sistema. Aunque hablamos de humor gráfico satírico, en un primer momento se trata -y así se define- de caricaturas, muy similares a la de Rufus de Pompeya. Son dibujos de personalidades relevantes, en ocasiones con un carácter más simpático parecido al de los caricaturistas que podemos encontrar en rincones turísticos u otras veces con una clara intención burlesca. Los primeros caricaturistas eran pintores que ejercitaban su técnica de forma distendida mediante caricaturas que rara vez salían del taller; este es el caso del taller de los Carracci en la Bolonia del XVI, que parecen ser los primeros caricaturistas que podemos rastrear.

No será hasta el XVII con la consolidación de la prensa, cuando estas caricaturas comiencen a tener intencionalidad política y crítica social. Hasta este momento e incluso durante este siglo en los conflictos internos y externos no tiene ningún protagonismo lo que hoy conocemos como opinión pública. La idea del ciudadano no se desarrolla hasta la creación de los Estados modernos por lo que la opinión del siervo, sujeto a la estructura feudal del Antiguo Régimen, no es relevante y no supone problema para un Estado encarnado en las casas dinásticas y en la lucha entre estas (Habsburgo, Orange, Tudor, Valois, Avís…) o entre estas y los intentos de control de la nobleza. Con el desarrollo del ideal ciudadano y su participación mayor o menor en la estructura democrática del nuevo Estado, resulta necesario convencer o posicionar a esta nueva opinión pública o por otro lado, son sectores de esta opinión pública los que hacen ver su malestar, todo por medio de un sistema tan gráfico e ilustrativo como el humor gráfico satírico que muestra tópicos, debilidades del enemigo, honra al propio, vicios sociales o defectos y corrupción de la sociedad y la política del momento. 

La vida de un libertino. Cuadro 3: La taberna / La orgía. W. Hogarth 1736.Vía: Wikipedia

Será en Inglaterra donde aparezcan estas primeras ilustraciones satíricas. Pintores como William Hogarth dedicarán parte de su obra a la sátira y aunque no podemos considerar esa parte de su obra como viñetas satíricas, si que tienen un alto grado de crítica social hacia la Inglaterra de finales del XVII y comienzos del XVIII. Hogarth creará una serie de grabados y pinturas -no son propiamente ilustraciones, son lienzos- ilustrando con un dinamismo más propio de la viveza y actividad de las viñetas satíricas que veremos en prensa en menos un siglo, aspectos de la sociedad de su época con los cuales se mostraba crítico y lo hará a modo de viñeta de cómic -en lienzos- en una serie de pinturas ilustrando la historia que pretende contar: la decadencia de la burguesía o la alta nobleza y sus vicios, la prostitución, crímenes y alcohol o incluso los procesos electorales.

El humor gráfico satírico dejará el lienzo aproximadamente medio siglo después de Hogarth. A mediados del XVIII ya no encontramos pintores ocupándose del dibujo satírico sino ilustradores como George Cruikshank o James Gillray y aunque aún se ocupan -Cruikshank especialmente- de la crítica a los vicios de la sociedad como hacía Hogarth, sus ilustraciones atentan directamente al Estado, a la Corona o al panorama político internacional y sus grandes personajes. Será Gillray el autor de ilustraciones satíricas tan conocidas como «El pudin de ciruela en peligro», donde aparecen, insaciables, Napoleón y William Pitt repartiéndose el mundo representado como un pudin de ciruela con forma de globo terráqueo.  

«El gran Globo por si mismo, y lo que está en el interior, es demasiado pequeño para tan insaciables apetitos» reza la ilustración de J. Gillray 1805

Quizás el culmen de la viñeta satírica sea el siglo XIX y comienzos del XX. La formación de los Estados modernos y la implantación del modelo democrático basado en las Cámaras de representación ciudadana (senadores y diputados), hace que los súbditos pasen a ser ciudadanos con derecho de elección de sus representantes políticos. La prensa se consolida entre la clase burguesa y pronto se extiende entre la nueva clase obrera a pesar de los altos niveles de analfabetismo. Los estados europeos ya no están cerrados en si mismos sino que las noticias de Centroeuropa llegan a España y las de España a Inglaterra o Italia. Estados Unidos, Rusia y otros países que habían estado fuera de la órbita europea hasta la fecha empiezan a estar presentes en los nuevos medios de comunicación escritos, anunciando el inicio del mundo global e interconectado que conocemos hoy en día y todo esto se refleja en la prensa y especialmente en las viñetas satíricas.

Centrándonos ya en la España del siglo XIX, la sátira gráfica vive su momento álgido con la aparición de una serie de revistas de prensa satírica muy crítica con la política del momento, donde las viñetas serán tan ácidas o más que los artículos que integran el folleto. Detengámonos para ver algunos ejemplos:

«Veremos si se sostiene» Revista La Flaca. 1872.

En 1869 nacía en Barcelona la revista La Flaca, que durante 7 años fue protagonista de la prensa satírica nacional como un folleto de tendencia republicana federal. La Flaca contaba con el dibujante Tomás Padró y Pedret, autor de todas las ilustraciones de la revista entre las que destacamos «Veremos si se sostiene» de 1872 donde observamos a un despreocupado Amadeo de Saboya sostenido en el trono a duras penas por un sistema democrático dividido en varias tendencias políticas en pugna y acosado por el «ruido de sables» inherente a este periodo histórico que anuncian la guerra carlista que estallará ese mismo año. El funesto anuncio de los cuervos que sobrevuelan y la frase «veremos si se sostiene» del nuevo gobierno formado en junio de 1872 y que aquí aparece representado por el presidente Manuel Ruiz Zorrilla (derecha) y el ministro de guerra y general Fernando Fernandez de Córdoba (izquierda) dan cuenta de la frágil estabilidad de la monarquía de Amadeo I que en apenas medio año acabará abdicando ante la presión de una brutal oposición política y social. 

La flaca, 1873. Tomás Padró y Pedret. Via: Wikipedia

Meses después, La Flaca nos muestra mediante ilustración del mismo Tomás Padró, la pugna política por la definición del modelo de Estado de la I República española, que aquí aparece representada como una mujer con el gorro frigio -símbolo atemporal que en esta época se asocia al concepto republicano- y que se encuentra sufriendo las tiranteces políticas entre los que optan por una república federal representados por José María de Orense (derecha, también con gorro frigio) y los republicanos unionistas representados por Emilio Castelar (izquierda). También tenemos una alegoría de la división interna que arrastraba a su vez el Partido Republicano Democrático Federal desde su formación a partir de la unión de varias opciones políticas agrupadas dentro de la idea de una república federal. El perro simbolizaba el conocido como sector intransigente y el gallo correspondería a los moderados o transigentes.

Revista El Loro. 1881

Durante la Restauración Borbónica posterior, el sistema bipartidista ideado por Cánovas del Castillo y secundado por Sagasta también fue objetivo de la prensa satírica que desde muy pronto se dedicó a denunciar las corruptelas de los dos principales partidos garantes de la monarquía de Alfonso XII, los conservadores de Cánovas y los liberales de Sagasta. En este sentido, la revista El Loro editada en Barcelona entre 1878 y 1885, encabezó la crítica satírica hacia este sistema con ilustraciones como esta de 1881 donde observamos a Sagasta, que será reconocible en todas las viñetas por el flequillo suelto y la prominente nariz, sirviendo el «pavo» de los presupuestos a Cánovas y su ejecutiva en 1880, mientras que al año siguiente será Cánovas, siempre representado con prominente bigote y grandes gafas, quien devuelva el favor sirviendo el vino a un satisfecho Sagasta que junto a su ejecutiva disfrutan el «pavo» del poder.

Revista El Motín 1884.

En otra viñeta, esta vez en la revista El Motín editada en Madrid entre 1881 y 1926, observamos las prácticas corruptas para sostener el turnismo entre conservadores y liberales que denunciaba El Loro en su publicación anterior. Hablamos en este caso de una de las prácticas principales que sostenían el llamado pucherazo, es decir la manipulación electoral durante la Restauración. Así, si el caciquismo era la práctica de controlar a los caciques locales para que los ciudadanos adscritos -campesinos de subsistencia o jornaleros que trabajan en los campos del cacique- votasen lo que les decía el cacique local a cambio de su protección o sus favores, en la viñeta se nos representa la práctica de los lázaros. Esto suponía introducir en las urnas, bajo un pobre o nulo control que evitase las corruptelas, votos a nombre de ciudadanos ya fallecidos. Contamos con decenas de ilustraciones satíricas con el político de turno instando a los muertos del cementerio a levantarse de sus tumbas para ir a votar.

«La primera agarrada» Revista Gedeón, 1899

El siguiente ejemplo pertenece a la revista Gedeón, nacida en Madrid en 1895 y desaparecida en 1912 tras ser absorbida por el grupo editorial Prensa Española de Torcuato Luca de Tena unos años antes. El ilustrador Joaquín Moya nos presenta la crisis conocida como «Cierre de cajas»,una rebelión fiscal de la burguesía comercial e industrial catalana consistente en dar de baja sus negocios para no pagar impuestos como queja ante los nuevos presupuestos del Gobierno Central representado en el ministro de Hacienda Raimundo Fernandez Villaverde, el cual, necesitado de aumentar la tributación debido a la pérdida de las colonias y el desgaste de la guerra en 1898, impone un nuevo impuesto, el de utilidades, que grababa especialmente a mundo de los negocios y que se vio acrecentado en Cataluña al romper con el concierto económico aprobado con anterioridad. Moya nos muestra aquí la pugna en el seno del propio gobierno conservador de Francisco Silvela (a la derecha) que apoyaba al ministro de Hacienda, y el general Camilo García de Polavieja (izquierda), ministro de guerra, que era partidario de una mayor descentralización y tenía el apoyo del empresariado catalán. La protesta fue apoyada además por la alcaldía de Barcelona, representada aquí por el bastón de mando y que estaba en manos de Bartolomé Robert. Tras la pugna entre Polavieja y Silvela encontramos dos hombres ataviados con la barretina, un tipo de gorro frigio asociado en esta ocasión al catalanismo, que advierten del peligro de desenvainar el bastón-estoque catalán.

Revista La Campana de Gracia. 1898

Editado en Barcelona 1870 y con una extensa duración de setenta y cuatro años, La Campana de Gracia fue una de las revistas más destacadas en el panorama catalán del siglo XIX. En este caso estamos en 1898, año de la guerra de la pérdida de las colonias que nos llevaría a la viñeta anterior. La injerencia y los intereses estadounidense en las últimas colonias españolas, especialmente en Cuba que aportaba a las arcas del Estado por estas fechas, una cuantía similar al potente sector industrial catalán se hacía palpable mediante el apoyo estadounidense a los sectores cubanos rebeldes, que exigían la descolonización debido en parte a la alta tributación que exigía la metrópolis por causa de la crisis del Estado en el siglo XIX. La guerra hispano-estadounidense por causa de Cuba resulta muy interesante de estudiar a través de la prensa satírica de ambos bandos. Mientras que la prensa española denunciaba las artimañas de Estados Unidos -representado aquí por la figura del Tío Sam- mostrando un supuesto apoyo para la liberación de la isla cuando sus supuestas intenciones eran convertirse en la nueva metrópoli colonial de Cuba, la prensa estadounidense tildaba a los colonizadores españoles como bárbaros y crueles.

Revista Madrid Cómico. 1898

Siguiendo esta línea, la revista Madrid Cómico (1880-1923) optaba por un tono castizo llevando la ideología de la guerra de cuba hacia los conceptos patrióticos que ya estaban plenamente desarrollados en el nacionalismo español del XIX (recomendamos La Tablilla de Cera: Nacionalismo y su relación con la Historia). La viñeta transmite la idea de una España que tiene que aceptar la derrota pero que obtiene como consuelo que el enemigo vence merced al dinero mientras que el perdedor español conserva el honor que hace gala recordando victorias pasadas. Esta guerra será el ejemplo perfecto de la utilización propagandística de las viñetas satíricas. En el apartado «para saber más» adjuntamos más información.

Con la llegada del siglo XX, el periodo de guerras mundiales y el auge de los totalitarismos y la guerra fría, la sátira política por medio de viñetas se hará más cruda y oscura. Las ilustraciones serán clave en la propaganda política para movilizar a la opinión pública y ganar su apoyo y su favor al mostrar los tópicos brutales que se atribuyen al enemigo o la épica de guerra del bando propio humillando al contrario.

Para reflexionar: 

  1. ¿Conocías la conexión entre las ilustraciones satíricas y la pintura?
  2. ¿Qué sabes acerca de los grafitos satíricos romanos?, ¿puedes poner más ejemplos?
  3. ¿Existen ejemplos de sátira en épocas históricas que no hemos citado?, ¿conoces algún ejemplo de sátira política o social por medio de la música durante el Antiguo Régimen?
  4. ¿Conocías estas revistas?, ¿qué idea tenías acerca de ellas? ¿puedes poner más ejemplos?
  5. ¿Es posible reconstruir un suceso histórico del siglo XIX a través de las viñetas satíricas del momento?
  6. No hemos hablado de ello pero, ¿qué relevancia tuvieron estas viñetas en la opinión pública del momento?, ¿tuvieron utilidad pública para el hecho que criticaban?
  7. Tampoco hemos hablado sobre la actuación del Estado contra muchas de estas revistas. ¿Qué ejemplos de censura conoces relativos a la prensa satírica?, ¿existen ejemplos actuales?
  8. ¿Qué ejemplos de humor gráfico satírico conoces relativo al periodo de Guerras Mundiales?
  9. ¿Existe prensa satírica actual?, ¿cual consideras que es su nivel de influencia en la crítica social del momento?
    Para saber más:
  • Ministerio de cultura y deporte. Web de la Biblioteca virtual de prensa histórica: Prensa satírica. Donde se pueden consultar algunos números digitalizados de revistas satíricas del XIX y comienzos del XX.
  • Web de la Biblioteca Nacional de España. Hemeroteca digital. Donde introduciendo los nombres de las revistas nacionales que hemos citado, se pueden consultar multitud de ejemplares digitalizados.
  • La guerra hispano-estadounidense en viñetas. J. R. Mora, humor gráfico.
  • Teruel García, A. J.; La prensa satírica en España desde 1975 hasta nuestros días. Prensa y periodismo especializado (historia y realidad actual ): [actas del Congreso de «Prensa y Periodismo Especializado» 2002.
  • Maestrojuán Catalán, F. J; El lenguaje en imágenes. 1873, España y la República. Un coqueteo a través de la prensa satírica. Revista anthropos: Huellas del conocimiento, Nº 223, 2009
  • Garitaonandia Garnacho, C. (coord.), Tuñón de Lara, M (coord.); La prensa de los siglos XIX y XX metodología, ideología e información. Aspectos econòmicos y tecnológicos : I Encuentro de Historia de la Prensa. Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea, Servicio de Publicaciones 1996.