Los Magos de Oriente. Influencia de la tradición próximo-oriental en el relato bíblico.

enero 31, 2018 Escrito por: Tablilla De Cera - 1 comentario

Iniciamos el año aprovechando el tirón de las fiestas navideñas para hablar sobre algunos aspectos de los magos de época antigua. Obviando procesos sociales más propios de la superchería y «rumorología» que de la ciencia histórica, vamos a centrarnos en los magos históricos partiendo del texto de San Mateo sobre los Reyes Magos de Oriente. ¿Qué sabemos sobre estos Reyes Magos que, según la tradición cristiana, adoran al niño Jesús? aunque sabemos bastante poco no vamos a dedicar el artículo a estos personajes bíblicos, sino que nos serviremos de su referencia para analizar lo que entendemos por estos magos que aparecen en el Nuevo Testamento en el contexto de la Edad Antigua, e indicaremos algunas referencias -hay cientos de artículos escritos- para informarse sobre los Reyes Magos bíblicos.

A pesar de su fama, la única cita en todo el relato bíblico la encontramos en el evangelio de San Mateo y son apenas unos párrafos:

<<Nacido Jesús en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes, unos magos que venían de Oriente se presentaron en Jerusalén, diciendo: «¿Dónde está  el Rey de los judíos que ha nacido? Pues vimos su estrella en el oriente y hemos venido a adorarle». […] Entonces Herodes llamó aparte a los magos y por sus datos precisó el tiempo de la aparición de la estrella. Después, enviándolos a Belén, les dijo: «Id e indagad cuidadosamente sobre ese niño; y cuando le encontréis comunicádmelo, para ir yo también a adorarle». Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y he aquí que la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos hasta que llegó y se detuvo encima del lugar donde estaba el niño. Al ver la estrella se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa; vieron al niño con María su madre y, postrándose, le adoraron; abrieron luego sus cofres y le ofrecieron dones de oro, incienso y mirra. Y, avisados en sus sueños que no volvieran donde Herodes, se retiraron a su país por otro camino.>> Evangelio de San Mateo; 2:1-12.

Adoración de los Reyes Magos. Catacumbas de Priscilla (Roma)

A partir de este texto es desde donde parte toda la construcción posterior de los Reyes Magos tal cual los conocemos en la tradición popular cristiana. Observamos que no menciona ni número de personajes, ni tampoco nombres, así como tampoco aparecen titulados como reyes. Tenemos que avanzar hasta la segunda mitad del siglo II d.C. en las catacumbas de Priscilla (Roma), para encontrar la primera representación pictórica de estos personajes, donde se les representa en número de tres y en actitud oferente frente a María sosteniendo al niño. Sus nombres no aparecen hasta mediados del VI d.C. en unos mosaicos de la iglesia de San Apolinar Nuovo (Rávena) en la misma pose y actitud oferente con sus nombres inscritos sobre sus cabezas. Esta elaboración a posteriori -insistimos en que el relato bíblico no menciona nombre o número- resultará fundamental para crear el mito entorno a estos personajes, sin dejar pasar por alto ningún detalle sobre su simbolismo. Un ejemplo revelador lo tenemos en la etimología de los nombres:

  • Melchor, del hebrero Malkî ôr, «mi rey es luz».
  • Gaspar, del persa Kansbar «señor/administrador del tesoro».
  • Baltasar, del babilonio Bel-šarru-usur «Dios protege al rey».

Adoración de los Reyes Magos. Iglesia de San Apolinar Nuovo (Rávena)

Se les dan tres nombres de tres grandes pueblos próximo-orientales: el mundo hebrero, antecedente del cristianismo, y los persas y babilonios, ambos pueblos con una gran tradición e importancia; todo en representación de la tradición histórica próximo-oriental y -como veremos unos párrafos más adelante- como representantes de toda la tradición astrológica heredada de la mitología de los pueblos mesopotámicos, ya que no debemos olvidar que los préstamos culturales o la influencia cultural también se aplica en el ámbito religioso por muy dispar que nos resulte una religión de otra (politeísta frente a monoteísta). Volveremos sobre esto y citaremos algunos artículos específicos sobre la figura de estos personajes bíblicos.

A pesar de que hemos dicho que sólo contamos con apenas unos párrafos bíblicos sobre estos magos sí que contamos con algunas referencias complementarias en los textos desechados durante los siglos de construcción mitológica entorno al cristianismo y la Iglesia cristiana, que será la que finalmente se imponga sobre el resto de sectas protocristianas. Nos referimos a los llamados evangelios apócrifos, que nada tienen que ver con lo oculto o misterioso, sino que se refieren a aquellos textos contemporáneos a los oficiales que fueron «ocultados» y desechados en la construcción del cristianismo canónico. Estos evangelios narran diferentes aspectos de la vida de Jesuscristo de forma similar a la de los cuatro evangelios canónicos (San Marcos, San Mateo, San Lucas y San Juan) pero son textos fragmentados, con un carácter más iniciático propio de sectas más restringidas y con detalles que pudieron parecer exagerados o poco inspirados por la deidad, como así se atribuye a los cuatro canónicos. No obstante, nos presentan detalles complementarios, en este caso, para estudiar la figura de los magos.

Estos textos complementarios nos describen con mayor detalle a los magos. En el libro de la infancia del Salvador se les identifica, primero como extranjeros y segundo con un atuendo que parece propio de su profesión:

<<José, al ver a los Magos, dijo: “¿Quién piensan serán estos que vienen a nuestro encuentro? Me da la sensación de que se están acercando después de un largo viaje. Me levantaré, pues, y saldré a su encuentro”. Y, adelantándose, dijo a Simeón: “Creo que son unos adivinos: pues efectivamente no están quietos un momentos, (siempre) están observando y discutiendo entre sí. Y me parecen además forasteros, pues su vestimenta es distinta de la nuestra: su traje es amplísimo y de color oscuro. Finalmente tienen también birretes en sus cabezas y llevan unas sarabaras [especie de pantalones] ceñidas a sus piernas como…>> Libro de la infancia del Salvador, 89.

En el mismo manuscrito pero más adelante, al preguntar San José la razón por la que estos personajes tienen esos conocimientos mistéricos que parecen diferir de la cultura popular religiosa transmitida por los sacerdotes judíos -no olvidemos que José es un personaje de escasos recursos, no es un estudioso-, los magos hacen un alarde de conocimientos según la tradición mistérica oriental, hablando de sus propias profecías -que difieren de la tradición monoteista del judaismo- y enlazando estos mitos orientales con el estudio de los astros. Ya anteriormente se nos habían descrito como adivinos y aquí observamos que basan sus estudios en la posición de las estrellas. Además intuimos en estos párrafos un amplio conocimiento astronómico basado en la observancia de los astros y los cálculos matemáticos, datos que aplican luego al mundo de la astrología y la religión:

<<Vosotros poseéis las antiguas escrituras de los profetas de Dios en las que está escrito acerca del Cristo, cómo ha de tener lugar su venida en este mundo. También tenemos nosotros escritura de escrituras más antiguas que se refieren a El. En lo tocante a tu pregunta sobre el origen de nuestro conocimiento, escúchanos: Lo supinos por el signo de una estrella, ésta se nos apareció más resplandeciente que el sol, de cuyo fulgor nadie pudo hablar nunca. Y esta estrella significa que la estirpe de Dios reinará en la claridad del día. Esta no giraba en el centro del cielo, como suelen hacerlo las estrellas fijas y también los planetas, que aunque observan un plazo fijo de tiempo permanecen inmóviles; y como en órbitas siempre inciertas se llaman errantes, mas sólo ésta no es errante. Pues nos parecía que todo el polo (esto es: el cielo) no podía contenerla con toda su grandeza; y ni el mismo sol pudo nunca oscurecerla, como lo hace con otras estrellas, por el fulgor de su luz. Más aún éste pareció debilitarse a vista del resplandor de su venida.>> Libro de la infancia del Salvador, 94.

En el llamado Evangelio árabe de la infancia, así como en algún otro manuscrito, se sitúa a los magos como oriundos de Persia y además se les señala como personajes destacados dentro de la jerarquía social, son consultores de la realeza, a veces incluso miembros de la realeza por lo que se da a entender en el texto siguiente «hijos de los reyes de Persia». De nuevo tenemos una alusión a ropajes típicos de esta región, además de buena factura, y al estudio de los astros. Sin embargo, lo más destacable de estos párrafos y otros en códices similares es que observamos aquí un detalle que ya vimos con mayor detenimiento en La Tablilla de Cera: Mitos prestados. La influencia mitológica entre culturas; la alusión a otras deidades en un contexto típicamente o aparentemente monoteista (quizás de ahí su descarte por los teóricos de la formación del cristianismo tiempo después). En los párrafos siguientes se nos da a entender que no hay problema alguno entre los persas en aceptar en su visión politeista, a una deidad extranjera, y además reconocerla como superior a algunos de sus dioses (algo que vemos en un ejemplo más claro y con un sentido mucho más práctico en el romano). Pero es que además tampoco parece haber contradicción para María y José (y Simeón, hijo de José, en otros textos) en el hecho de aceptar la existencia de otros dioses. En este sentido -y como ya vimos en nuestro citado artículo de «Mitos prestados», el monoteismo judío puede ser entendido aquí más bien como henoteismo, la preeminencia de una deidad, única digna de adorar, sobre otras que se consideran menores, como explicamos en otro de nuestros artículos sobre Historia de las Religiones: La Tablilla de Cera: Arábia preislámica. La mención a Zoroastro es importante pero la analizaremos más adelante.:

<<Y vieron que una estrella ardiente se había levantado sobre Persia, y que, por su claridad, se parecía a un gran sol. Y los reyes dijeron a los sacerdotes en su lengua: ¿Qué es este signo que observamos? Y, como por adivinación, contestaron, sin quererlo: Ha nacido el rey de los reyes, el dios de los dioses, la luz emanada de la luz. Y he aquí que uno de los dioses ha venido a anunciarnos su nacimiento, para que vayamos a ofrecerle presentes, y a adorarlo. […]

Entonces tres reyes, hijos de los reyes de Persia, […] Y se revistieron de sus ornamentos preciosos, poniéndose la tiara en la cabeza, y portando su tesoro en las manos. […] condujo a los reyes de Persia a Jerusalén, según que Zoroastro lo había predicho.[…]

Herodes mandó a buscar a los reyes de Persia, y, habiéndolos hecho comparecer ante él, les preguntó: ¿Quiénes sois? ¿De dónde venís? ¿Qué buscáis? Y ellos respondieron: Somos hijos de los reyes de Persia, […] Uno de los dioses nos ha informado del nacimiento de ese rey, para que acudiésemos a presentarle nuestras ofrendas y nuestra adoración. […]

Y María y José les preguntaron: ¿De dónde sois? Y ellos les contestaron: Somos de Persia. Y María y José insistieron: ¿Cuándo habéis salido de allí? Y ellos dijeron:Ayer tarde había fiesta en nuestra nación. Y, después del festín, uno de nuestros dioses nos advirtió: Levantaos, e id a presentar vuestras ofrendas al rey que ha nacido en Judea.>> Evangelio Árabe de la infancia, 7.

¿Cómo podemos enlazar el mundo judaico con la tradición mesopotámica encarnada en el contexto histórico del siglo I d.C. por los persas? los mismos textos apócrifos nos cuentan como estos magos, al hablar sobre su conocimiento de las profecías judías dicen:

<<También tenemos nosotros escritura de escrituras más antiguas que se refieren a El.>> Libro de la infancia del Salvador, 94.

Representación de aristócratas persas.

Para comprender esta frase debemos remontarnos por un lado al antiguo testamento, concretamente al Libro de Daniel, y por otro a los anales babilónicos y egipcios y sobretodo comprender que el corredor Sirio-Palestino es un territorio geoestratégico de primer orden, disputado desde fechas tan tempranas como las que estamos mencionando hasta nuestros días (La Tablilla de Cera: Conflictos de frontera: La huella del Colonialismo del siglo XIX). En este caso nos remontamos a la conquista de Jerusalén por Nabucodonosor II de Babilonia (630 a.C.-562 a.C.), que se produce en el contexto del colapso del imperio nuevo asirio que cae definitivamente. Los pueblos persas ocuparan el territorio asirio, después de que Babilonia, unida en alianza a los pueblos medos, se rebele y destruya Ninive, el centro de control del imperio asirio. En otro frente, Egipto arrebatará las colonias fenicias en manos de Asiria y terminará repartiendo las zonas de influencia en el corredor Sirio-Palestino con Babilonia y Media. En este contexto, Nabucodonosor II tomará Jerusalén en dos ocasiones (587 a.C. y 586 a.C.), durante el primer asedio tomará al rey de Judá, Jeconías, como rehén -y es de suponer que a otros miembros destacados de la Corte y familia real) y durante el segundo, destruirá el templo y buena parte de la ciudad aunque las fuentes hablan de una destrucción total. Sin embargo al profeta Jeremías se le ofrece la posibilidad de quedarse o marchar con los exiliados y además se nombra un gobernador de Jerusalén, representante del poder babilónico, por lo que el texto debe entenderse como la destrucción causada durante el asedio, no como una destrucción planificada y posterior a la conquista. En esta segunda conquista de Jerusalén se produce la deportación masiva de muchos judíos hacia Babilonia. Esta práctica -la deportación y la toma de rehenes- debió de ser algo común en los términos de conquista de los pueblos mesopotámicos, aunque serán los asirios quienes hagan de la deportación masiva un elemento fundamental en la posguerra y serán los babilonios quienes tomen el relevo. Las deportaciones garantizan mano de obra barata o esclava y, aparte del daño psicológico al enemigo al obligarlo a abandonar su tierra, supone diluir su identidad -en este caso la identidad judía- al mezclarse con otras identidades como los medos, babilonios o asirios, elementos todos que frenan el sentimiento de rebelión en la tierra conquistada por lo que no debe resultarnos algo excepcional o sorprendente el exilio judío del año 586 a.C. en Babilonia.

Cilindro de Nabucodonosor II escrito en caracteres cuneiformes. Museos Vaticanos.

Fruto de esta mezcla de culturas se establecen intercambios culturales de una forma más directa. Es aquí cuando podemos entrelazar las palabras de los magos persas de los manuscritos apócrifos con la tradición judeo-cristiana. Estos magos hablan de las escrituras sagradas de los judíos, donde las profecías hablan de la llegada de un Mesías, pero además mencionan sus propios textos sagrados e interpretaciones de los astros: aseguran que sus textos son más antiguos y que también recogen la llegada del Mesías judío y, efectivamente, estos magos persas están recogiendo toda la tradición cultural y religiosa que heredaron al convertirse en el poder hegemónico en Mesopotamia tras tomar babilonia en el 539 a.C. (Ciro el Grande de Persia) y están citando especialmente este periodo de convivencia forzada y asimilada de los judíos en Babilonia.

Teniendo ya el contexto histórico y las referencias básicas sobre esos escasos párrafos del evangelio de San Mateo que citamos al comienzo del artículo, ya podemos dar algunas pinceladas históricas sobre a qué se refiere el relato bíblico cuando nos habla de los Reyes Magos. ¿Ante quien estamos?.

Estamos ante uno de los ejemplos de influencia cultural a través del tiempo y de la geografía más curiosos de la Historia, en este caso aplicado a las religiones. Como hemos visto, la mayoría de las fuentes textuales se refieren a magos, palabra que podemos rastrear en los términos greco-latinos de μάγος y magus respectivamente. Los griegos toman la palabra por la doble influencia del helenismo al poner en contacto el mundo griego con el persa. Son estos persas los que tienen a los magi (plural de magus) como una casta de sacerdotes dedicados a la adivinación, la astrología, la alquimia y el estudio de los demonios (en sentido genérico), como parte de su dedicación al zoroastrismo. Vamos a explicar esto con detenimiento:

Representación anónima de Zoroastro.

El zoroastrismo se remonta al territorio iranio a comienzos del I milenio a.C. y tiene además una clara influencia india (o por influencia mutua) ya que tanto en el lado indio, como en el iraní, el culto tiene elementos comunes aunque evoluciona de diversas formas. El nombre viene dado por un profeta que debió vivir entorno al 1.300 -1.200 a.C. (aunque hay hipótesis para todos los gustos en cuanto a la fecha), cuyo relato escrito es el Avesta (lo citamos para su consulta en las secciones finales) y cuya doctrina establece la lucha entre el bien y el mal, la luz y la oscuridad, una dualidad representada por dos deidades, Ahura Mazda y Ahriman, aunque sólo la primera es la venerada mientras que Ahriman es considerado un demonio. Estamos pues ante una religión henoteísta (hemos mencionado referencias a este concepto en párrafos anteriores) que sirve aglutinadora a diferentes cultos politeístas previos en el Oriente Medio y cuya influencia clara, a través del periodo de exilio judío en Babilonia, pasa al judaísmo y al cristianismo.

Estos magi, según el registro textual parecen ser en origen una tribu más entre los pueblos Medos pero más adelante debió de definirse a los magi como sacerdotes del zoroastrismo. Encontramos un par de referencias sobre el origen de la palabra:

<<[…] ýâ sruyê parê magâunô […] / […] para que pueda ser escuchado más allá de los magi […] >> Avesta. Yasna 33.7

<< […] moghu.tbiš […] / […] hostil a los magi […]>> Avesta.

El texto iranio del Avesta los menciona como magâunô (magi en lengua latina) cuando intenta llevar el zoroastrismo más allá de los magi, ya que debieron de ser de los primeros pueblos en rendir culto a Ahura Mazda según los términos de Zoroastro. Moghu, en el segundo texto es un «hapax», una palabra que aparece una única vez en todo el registro textual de un idioma escrito y hasta la fecha esta palabra sólo aparece una vez en los textos iranios del Avesta  y, según el acuerdo mayoritario de los especialistas, parece referirse a un grupo social, ya sea una tribu o una clase social destacada, más que a una definición cercana a lo que entendemos por mago, aunque estaría relacionada con estos magi/magâunô.

Representación hipotética de un magus, sacerdote de Ahura Mazda.

Heródoto, (siglo V a.C.) en su Historias, recogerá diversas fuentes sobre los magi. Habla de ellos como tribu de los Medos pero también aporta la novedad de referirse a ellos como una casta sacerdotal. Según las palabras del historiador griego en las fechas en las que escribe, los magi como sacerdotes no son o no tienen porque tener un origen étnico magi, ni siquiera Medo, por lo que el concepto sacerdotal queda diferenciado ya del étnico, probablemente por la amplia difusión del zoroastrismo.

Por último debemos señalar que de igual forma que otras religiones como el cristianismo o el islám, el zoroastrismo se fue dividiendo en diferentes doctrinas o sectas. Si bien la primera separación se hace entre la rama india (donde aun hay practicantes) y la irania, en esta última aparecerán diferentes versiones del mito de Ahura Mazda, por ejemplo asimilado al culto a Mitra que acabará aumentando el grupo de dioses romanos. Entre estas sectas apartadas del culto oficial se encontraba el zurvanismo, doctrina compleja basada en la idea del Tiempo como eje principal para explicar un mundo en constante movimiento y evolución (el tiempo limitado y el tiempo ilimitado) en lucha contra las tinieblas. El zurvanismo se practicaba mayoritariamente en la zona meda de los magi (etnia) por lo que algunos estudiosos hablan de los magos como seguidores del zurvanismo, algo que siguiendo la tesis de Heródoto que diferencia entre etnia y grupo social, no parece cierto y más teniendo en cuenta la amplia difusión del zoroastrismo/mazdeismo con las diferentes dinastías persas, mucho más cercano al viejo culto a Mitra, que a la compleja doctrina zurvánica.

Nuestros magos de Oriente a comienzos del siglo I d.C., recogerían la vieja tradición zoroástrica de los Medos evolucionada por influencias como el culto Mitráico y que, por medio de la antigua tradición erudita de los babilonios (ya convertidos en Persas) habrían tenido contacto y habrían adaptado las profecías judías durante el exilio de estos con Nabucodonosor II.

Para reflexionar:

  1. ¿Conocías la existencia de los textos apócrifos?, ¿de qué forma chocan con el relato bíblico oficial?
  2. ¿Somos conscientes de la importancia del relato bíblico y por extensión, estos textos apócrifos, como fuentes textuales para la historia antigua?
  3. ¿Qué idea tenías sobre los magos del evangelio de San Mateo?, ¿como ha influenciado toda la construcción posterior  (San Apolinar Nuovo de Rávena por ejemplo) en nuestra idea sobre estos personajes bíblicos?
  4. ¿Los magos de Oriente se asocian realmente a una tradición religiosa ajena al judeo-cristianismo?, ¿somos conscientes de los contactos culturales-religiosos entre persas y judíos?
  5. En términos de cultura general, ¿conocemos la religión mazdeista (zoroastrismo)?, ¿qué sabemos sobre su culto actual en algunos lugares como India?
  6. La influencia del zoroastrismo en la formación de la tradición cristiana parece clara. ¿Qué elementos, aparte de la lucha entre el Bien y el Mal, son comunes entre las doctrinas de mazdeistas y cristianos?
  7. Visto el artículo, ¿podemos hacernos una idea más cercana e histórica sobre la figura de los (Reyes) Magos de Oriente?

Para saber más:

  • Una traducción de los textos apócrifos y otras escrituras entorno al relato bíblico se pueden consultar en el siguiente enlace.
  • Una obra básica para el estudio histórico del relato bíblico en: Piñero, A. Todos los evangelios; Editorial EDAF, 2009.
  • Oroz Reta, J. y  Herrera, M. Teresa. Historia de los Reyes Magos. Helmantica: Revista de filología clásica y hebrea. Tomo 33, 1982.
  • Cardini, F. Los Reyes Magos. Historia y leyenda. Editorial Península, 2001.
  • Avestan Digital Archive. Textos del Avesta digitalizados (en inglés)
  • Dada la influencia perniciosa en Historia de los amantes de lo oculto y la superchería en estos temas, nos parece una mejor opción enlazar con las definiciones aceptables de wikipedia sobre Zoroastro/Zarathustra y el Zoroastrismo/Mazdeismo.