Augusto. De revolucionario a emperador. (A. Goldsworthy)

octubre 6, 2015 Escrito por: Tablilla De Cera - No hay comentarios

FICHA BIBLIOGRÁFICA:
AUTOR: Goldsworthy, Adrian.
TÍTULO: Augusto. De revolucionario a emperador.
AÑO DE PUBLICACIÓN: 2014 (1ª ed.) Nota: la primera edición presenta algunos errores gramaticales.
EDITORIAL: La esfera de los libros
NÚMERO DE PÁGINAS: 632 págs.
ISBN: 9788490602171
GÉNERO: Biografía histórica.
SINOPSIS: Idus de marzo del año 44 a.C., Julio César fue asesinado a los pies de la estatua de Pompeyo. En ese momento, Octavio no era más que un oscuro adolescente recién adoptado por el primer hombre de Roma. Ante el magnicidio, dio un paso al frente y se proclamó su legítimo heredero y sucesor. Nadie le tomó en serio; sin embargo, en pocos meses formó un ejército y consiguió alzarse como uno de los tres hombres más poderosos del momento con Marco Antonio y Lépido.

Durante la década siguiente su autoridad se fue consolidando mientras Marco Antonio fracasaba en Oriente y caía en los brazos de Cleopatra. Octavio, confiado en sus fuerzas, atacó a su viejo aliado y le venció. En el 31 a.C., ya sin rivales, se convirtió en el primer emperador acabando para siempre con la República. Y así, Octavio pasó a llamarse Augusto y Roma se transformó en un imperio.

Consumado manipulador, propagandista y con gran dominio de la teatralidad, Augusto podía ser impulsivo y emocional, despiadado y generoso. De la familia y los amigos esperaba que representaran los papeles que les había asignado, por eso exilió a su hija y su nieto cuando no se ajustaron al guion. Fue el suyo un gobierno repleto de contradicciones por lo que su personalidad resulta difícil de aprehender. En esta nueva biografía, Adrian Goldsworthy ―como ya hiciese para abordar la figura de Julio César― se apoya exclusivamente en las fuentes antiguas para tratar en detalle la existencia del emperador y dar nueva luz sobre el hombre y su época.

Con ocasión del bimilenario de la muerte de augusto en 2014, Adrian Goldsworthy -como tantos otros- publicó esta nueva biografía sobre Augusto continuando la línea que empezó con Julio César. Es una obra de divulgación al alcance de cualquier interesado: el especialista encontrará una obra genérica desde donde comenzar, el aficionado encontrará una estupenda biografía actualizada llena de detalles que no aparecen en obras más generales. Son alrededor de 500 páginas fáciles de leer con otras 100 páginas llenas de esquemas, bibliografía y notas complementarias.

Goldsworthy es historiador de la escuela británica, especialistas en historia militar y sin embargo en esta obra prescinde de centrarse en las batallas y nos enmarca al personaje desde sus primeros años, de los que apenas conocemos datos o son de autores posteriores afines al princeps, su carrera política, y su dominio absoluto del imperio bajo una apariencia tradicional hasta su muerte. Es importante señalar que Goldsworthy no hace el habitual corte entre el astuto y despiadado joven que no duda en saltarse las leyes y realizar proscripciones y amenazar Roma con sus legiones, y el maduro y luego anciano princeps que trata de mantener una apariencia tradicional y se ensalza como Padre de los romanos. En lugar de ello el autor mantiene la continuidad y explica los cambios en su política.

Así mismo también es muy interesante la importancia que le da a la nomenclatura, hecho que no se suele ver en obras de este tipo: de Cayo Octavio Turino a Imperator César Augusto pasando por los títulos de pater patriae, tribunicia potestas y las diversas variaciones de su nombre con el paso de los años. El especialista agradecerá el tema pero quizás sea demasiado generalista y sin abundar en aspectos filológicos ni en el análisis profundo de los términos.

Augusto es un personaje vital en la historia romana, europea y mundial, quizás uno de los tipos más astutos e inteligentes (para lo bueno y para la malo), rodeado a su vez de gente muy capaz que supo aconsejar sabiamente (Livia), calmar aquellos aspectos más instintivos del princeps y elaborar su imágen pública (Mecenas), o suplir aquellos aspectos necesarios en los que el princeps no era tan habilidoso (Agripa). La época de Augusto es igualmente atractiva de leer y estudiar, con las guerras civiles, los cambios sociales que arrastraba la res pública desde los Graco y toda la red de alianzas y pugnas diplomáticas entorno al mediterráneo.

En definitiva, una obra de contexto y general, que aunque trata un personaje ampliamente estudiado, resulta fresca y atractiva, de lectura rápida y no excesivamente complicada para el aficionado.