Abre al público el templo de Augusto de Tarragona

diciembre 7, 2016 Escrito por: Tablilla De Cera - No hay comentarios

Enlace a la noticia: Diari de Tarragona: Abren al público los restos del templo al emperador Augusto, bajo la catedral.

 

Los restos constan de apenas una exedra, una construcción semicircular done habitualmente se colocaban asientos y servía de espacio abierto de socialización, un elemento importado de Grecia que se pondrá de moda especialmente bajo Nerón en las viviendas pudientes y más adelante en los recintos sagrados, pasando después como elemento de los templos cristianos. Los restos del templo se descubrieron hace algo más de un año a raíz de una cata de urgencia tras unas obras (alguna vez hemos hablado de este tipo de catas, especialmente en lo que se viene a llamar «ciudades vivas», aquellos yacimientos arqueológicos de dificil acceso por estar situados en poblaciones en uso) y ya son visitables en la catedral de Santa Tecla en tarragona.

De la noticia nos interesa destacar un par de puntos relacionados con la creación y evolución del culto imperial y la reutilización de los espacios sacros:

De Tarraco no tenemos noticias como población romana hasta Julio César o Augusto. Su existencia como núcleo poblacional parece anterior al desembarco romano a raíz de la II Guerra Púnica pero es durante esta guerra cuando adquirirá protagonismo como población aliada de Roma, suministrando víveres o sirviendo como cuartel de invierno y base de operaciones (especialmente ligada a los Escipiones: Plinio el viejo decía que Tárraco era obra de los Escipiones tanto como Carthago Nova de los púnicos). No obstante la población permanece como libre hasta el final de la I Guerra Civil, tras la que es de suponer que recibe la ciudadanía por parte de César en agradecimiento por la ayuda prestada frente al bando pompeyano. Otros autores retrasan la ciudadanía hasta Augusto, aunque el motivo sería el mismo. Antes de esta fecha las fuentes citan Tarraco como «amigos del pueblo romano», formulaba que implicaba una especie de protectorado por parte de Roma a cambio de la ayuda prestada. Livio habla de Tárraco como socii, en igualdad a poblaciones italianas como los Marsos o los Samnitas que llevaban siglos como socii y por tanto con estatus jurídico de latii (véase: La Tablilla de Cera: Descifrando epígrafes romanos I: Estatus socio-jurídico). Tras la organización provincial romana y aunque sabemos por Estrabón que la administración -con sede en Cartago Nova- también tenía representación en Tarraco y una importante población romana vivía en el entorno de Tarraco, no debemos entender que estemos ante una Colonia o Municipio Romano porque en el 108 a.C uno de los nietos de Catón el Viejo, elige Tárraco como ciudad de destierro tras su condena al exilio. Este dato asegura que por entonces la población era libre, ya fuese peregrinii o más probablemente (si aceptamos a Livio), latii.

Augusto, una vez asentado su poder instaura el culto imperial como una forma de legitimación. Es el pater patriae, el restaurador de la Respública y como tal se le rinden honores. Hay que tener en cuenta que no se rinde culto a su persona sino al genius de Augusto, una especie de espíritu protector de todo romano. En este caso se entiende que si Augusto es el padre de la patria, su genio, aparte de protegerle a él, es el protector de los romanos. Sólo cuando Augusto muere, al igual que se hizo con César, su ascensión a los cielos le convierte en Dios. Este proceso será de fácil de implantar en las provincias orientales donde ya existía la tradición de adorar al monarca pero para los romanos esto se asemejaba bastante a la odiada monarquía y su implantación será más lenta. El ejemplo de Tárraco es interesante porque es uno de los primeros puntos de adoración al genius augusti, será el propio Augusto durante su estancia en la ciudad en los años de las guerras cántabras, el que levante un ara y tras su vuelta a Roma se creará un templete dedicado a su genio. Este templo, tras las reformas que pudo sufrir (recordemos que la exedra como elemento arquitectónico se pone de moda con Nerón) es el que se puede visitar desde ahora.

Por último resulta interesante resaltar la reutilización de los espacios sacros a lo largo de los siglos. No es un caso asilado de construcción cristiana sobre un templo pagano: recordemos que la Mezquita de Córdoba cuenta con un templo cristiano y otro de época visigoda. Es habitual que mediante los ritos apropiados para cada cultura, el viejo espacio sagrado se utilice para levantar la construcción apropiada para el nuevo culto. Los ritos eliminan a las viejas deidades inquilinas y sin eliminar la sacralidad del recinto, instauran el nuevo panteón.

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